Monday, July 25



Durante una caminata veraniega al supermercado
los ví,
pérdidos dentro de los corotos que ella no quería
allí estaban,
e.e. Cummings y W.B Yeats por tán solo un dólar

En estas últimas semanas me he acostado con los dos
e.e. hablandome de muerte,
                        árboles brotando de mis ojos a la hora de partir.
Ya en la oscuridad, los cierro
             sintiéndome una ladrona.

¿Cómo pagarles por la verdad?
¿Por recordarme que no tengo que esperar? 

para dejar brotar los árboles de mí
y alzar mi corazón con las caricias del mar.

el original ------

Sunday, July 10

¿Por qué escribo?



Frecuentemente como persona que le gusta escribir, me pregunto cuál es el punto de hacerlo, compartirlo con la gente que uno quiere o ponerlo en un blog al que puede llegar gente sin mucha dificultad. Como reportero, es posible justificar la actividad, tengo que informar de una cierta noticia sin compartir nada de mí persona, simplemente cuento los hechos. Si se trata de una crítica allí me siento como un personaje analizando algo, pero no necesariamente soy "yo," pues al final siempre me digo "¿quién soy yo para criticar el trabajo esta persona?"

Entonces... ¿porque compartir escrituras y observaciones que considero como mías, más no precisamente únicas? Como escribió Bob Dylan en su canción "One Too Many Mornings," "everything I’m saying you can say it just as good," algo así como lo que yo digo lo puede decir cualquiera.

Este fin de semana, cuando me tocó cubrir la muerte de Facundo Cabral, no tuve mucho tiempo de reaccionar como yo, si no como el editor contratado que necesita hacer las cosas rápidamente para informar al público. Pero al momento del respiro presente y escuchando las palabras imposiblemente ciertas (y con las que me siento muy identificada) de "No Soy De Aquí," se me vino la bendita pregunta pero más fuerte se me vino la respuesta contundente, "por esto es que hay que escribir." Si Facundo Cabral se hubiese dejado llevar por dudas y miedos, todo este material de verdades irrefutables que nos regaló no estuviesen a nuestro alcance. Que horrible tragedia hubiese sido nunca haber leído ésto:

"Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo
ya nadie sabe el autor.

Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
que al volcar el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de gloria,
se gana de eternidad."

Gracias Facundo, por darme la respuesta a la pregunta ese día, tal vez mañana dude otra vez, pero aquí estará este escrito para recordarmelo nuevamente. Descansa en paz, no tengo duda de que lo estas haciendo.